Concurso de Acreedores
Un concurso de acreedores es una herramienta legal para las empresas que no pueden hacer frente a los pagos de sus acreedores. Aquí te explicamos en qué pasos consiste.
¿Qué es un concurso de acreedores?
Un concurso de acreedores es un instrumento del que todas las empresas disponen para solventar una crisis económica aguda. En concreto, pueden solicitar la declaración de concurso de acreedores cuando no tienen suficiente liquidez para cumplir con sus obligaciones. Por tanto, es un claro efecto y síntoma de la insolvencia. Este proceso tiene como principal objetivo la resolución del problema y el pago del conjunto de las deudas pendientes con los acreedores, por lo que actúa de forma frontal sobre delicados temas económicos como son la quiebra y la suspensión de pagos.
Los concursos de acreedores se introdujeron por primera vez en términos legales con la Ley Concursal 22/2003, de 9 de julio. Pero actualmente se enmarca dentro del Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo. La regulación dicta que tan solo se pueden acoger a concurso las empresas que «no pueden cumplir regularmente sus obligaciones exigibles».
¿Qué significa acreedor?
Un acreedor es el titular de un derecho de crédito que goza de la potestad de exigir el pago de una deuda o el cumplimiento de alguna obligación a la otra parte, denominada deudor. Las deudas incumplidas, cuando reúnen unos requisitos concretos, pueden ser exigidas mediante lo que se conoce como un procedimiento monitorio. Tanto acreedor como deudor mantienen una relación jurídica en la que el acreedor es el sujeto activo y el deudor es el sujeto pasivo. En definitiva, el acreedor es aquella persona que tiene derecho a exigir el cumplimiento de una obligación al deudor.
¿Quién puede entrar en concurso de acreedores?
Si bien es cierto que la mayoría de sujetos que entran en concurso de acreedores son empresas, se trata de un procedimiento que también puede emprenderse respecto a particulares y herencias. De manera que la clasificación de quienes están legitimados en iniciar un concurso de acreedores es:
- Si es persona física, el deudor o un acreedor del deudor.
- Si constituye un ente jurídico, el órgano de administración o liquidación.
- En entidades sin personalidad jurídica, aquel que ostente el poder de representación.
Sin embargo, cabe resaltar que el ámbito de aplicación es tan notoriamente preeminente en las empresas que se suele utilizar como base a la hora de teorizar sobre el tema.
¿Cuándo presentar un concurso de acreedores?
Existen diversas situaciones en los que se puede o debe reclamar un concurso de acreedores para desbloquear un impago.
El empresario está en la obligación de solicitar un concurso cuando se halle en situación de insolvencia actual o inminente. De no hacerlo, corre el riesgo de concurrir en declaración de culpabilidad de concurso y los acreedores pueden iniciar el proceso igualmente, en caso de no abonárseles sus créditos. Al fin y al cabo, la ley sentencia que el concurso debe declararse en el momento en el que resulte imposible «cumplir con las obligaciones regularmente». Esto puede significar:
- La empresa no puede hacer frente a la totalidad de sus deudas.
- La compañía se encuentra en un momento puntual o determinado en el que no es capaz de satisfacer las deudas.
- Además, se considera que no se puede cumplir regularmente con las obligaciones si para ello es necesario recurrir al endeudamiento sistemático. Ya que a menudo esto es solo una apariencia de solvencia, lo que que puede derivar en una deuda mayor a la inicial debido a los intereses.
Desde el momento en el que queda constatada su insolvencia, el empresario cuenta con un plazo de dos meses para presentar la solicitud de concurso.
Por la parte del acreedor al que no se le abona un crédito, debe darse una condición indispensable para alcanzar el concurso de acreedores: previamente, haberse despachado ejecución o apremio y que en su cobro haya experimentado alguno de los siguientes supuestos:
- El incumplimiento generalizado de pagos tributarios exigibles, cuotas de la Seguridad Social o salarios e indemnizaciones
- La existencia de embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al patrimonio del deudor.
- El sobreseimiento general en el pago de las obligaciones del deudor.
- El alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por parte del deudor.
Finalmente, como casos excepcionales, también pueden recurrir a este recurso legal un tercero, aun sin ser acreedor, que acredite un interés legítimo y demuestre o aporte una solución a una coyuntura de insolvencia. O en delitos contra el patrimonio y contra el orden socioeconómico en los que quede probado un estado de insolvencia de algún presunto responsable penal y la existencia de un conjunto de acreedores agraviados.
¿Dónde presentar la solicitud del concurso de acreedores?
La solicitud del concurso de acreedores ha de presentarse frente a los Juzgados del Mercantil de la provincia donde tenga localizado su domicilio el deudor. Debe ir acompañada de toda la documentación requerida. Para dicho trámite se considera indispensable la asistencia de abogado y procurador.
¿Cuánto cuesta un concurso de acreedores?
A pesar de que existe cierto escepticismo en torno a la viabilidad económica y temporal de declarar un concurso de acreedores por parte de numerosos empresarios en quiebra, la realidad es que no es un proceso necesariamente costoso.
La Ley Concursal promueve un acuerdo de refinanciación previo a la declaración del concurso de acreedores con el fin de no sobrecargar la Administración de Justicia.
Lo más recomendable es iniciar estas negociaciones con la ayuda de un abogado especialista. La mera notificación al juzgado del inicio de las negociaciones detendrá la posibilidad de instar el concurso y, por tanto, evitará que el insolvente tenga que afrontar las consecuencias negativas de no solicitar el concurso dentro del plazo antes señalado.
Este sistema se conoce como preconcurso de acreedores. Su principal ventaja es que si la empresa todavía conserva algo de solvencia podría reestructurar todas sus deudas y reflotar. En este caso evitaría tener que atravesar el proceso concursal.
El preconcurso de acreedores es un sistema muy útil para aquellas empresas cuyo estado de insolvencia se debe a una situación transitoria. Evidentemente, supone la intervención de menos profesionales y una reducción de costes.
Aunque de nuevo nos encontramos en una situación en que el abogado podrá determinar libremente sus honorarios, es probable que ahorremos unos mil o dos mil euros respecto a la tramitación del concurso ordinario.
Además, si el acuerdo de refinanciación tiene éxito nos evitaremos el resto de trámites y, por tanto, también la necesidad de contratar a otros profesionales.
Pero si la empresa no dispone de la suficiente liquidez como para iniciar un acuerdo de refinanciación, todavía tiene a su disposición la posibilidad de solicitar un concurso exprés.
Tipos de concurso de acreedores
Los concursos de acreedores se subdividen en varios tipos particulares:
- Concurso de acreedores voluntario: La persona deudora es consciente de la situación, por lo que se adelanta a posibles acciones legales por parte de los acreedores. Es decir, admite la imposibilidad de ejecutar los pagos a los que tiene que hacer frente y entra en concurso en aras de protección legal.
- Concurso de acreedores forzoso: Los acreedores solicitan la entrada en concurso, previa demostración de la imposibilidad de hacer frente a las deudas contraídas. Hay que acreditar la condición de acreedor así como las pruebas contraídas por el deudor.
- Concurso de acreedores consecutivo: Es una fase de la Ley de Segunda Oportunidad. Se busca exoneración del pasivo insatisfecho tras la imposibilidad de lograr un acuerdo extrajudicial de pagos por parte del deudor.
¿Cuánto dura un concurso de acreedores?
El concurso de acreedores se inicia con el auto de admisión y concluye:
- Por revocación del mismo.
- Cuando se cumpla el convenio o se frustre por inexistencia de bienes y derechos.
- O cuando todos los acreedores renuncien a sus derechos.
Cabe señalar que la aparición de bienes en el plazo de cinco años desde la conclusión puede dar pie a una reapertura del concurso.
Dados los múltiples cauces que puede tomar cada procedimiento, su duración es tremendamente variable. Así, un concurso podría conducir a la aceptación del convenio anticipado en unos pocos meses. Luego solo habría que esperar al cumplimiento del mismo en los plazos pactados.
En principio una tramitación ágil permite llegar a la fase de resolución en poco menos de un año. Posteriormente habrá que esperar a la ejecución de la vía de resolución alcanzada (liquidación o convenio).
¿Qué pasa después de un concurso de acreedores?
Al final del concurso de acreedores la deuda se considera liquidada o perdonada, pero puede haber casos en los que no se satisface la totalidad de los créditos de los acreedores, y el administrador de la empresa concursada debe responder con sus bienes patrimoniales personales.